Por Laura Soto Darriba*
Terminan
las vacaciones de verano y todos los focos se centran en la vuelta al cole de
los peques. Vuelta para algunos e inicio del camino para otros. Preparación del
material, zapatos nuevos, periodo de adaptación…
Pero
a menudo olvidamos o pasamos por alto que este evento también es un gran cambio
para las mamás y los papás y, como
tal, puede suponer un duelo para
ellos, sobre todo si nos encontramos en el primer año de escolarización de la
criatura.
Un
duelo que, por lo general, no está permitido.
Son
pocas las ocasiones en las que se les pregunta a los progenitores cómo se
sienten al respecto y, cuando se hace y estos lo expresan, se les contesta con
evasivas o incluso con juicios de valor, invalidando sus sentimientos con frases como: ¡se lo va a pasar pipa! ¡será un
descanso para todos! lo que puede
generar sentimientos de culpabilidad y/o soledad en ellos. Todo esto en un
contexto donde la alegría y la tristeza
se mezclan continuamente y van a la par del fascinante crecimiento del bebé,
-que ya nunca más será bebé- desencadenando un torbellino de intensas emociones.
Para
muchas mamás –y papás-, separarse de su hija o hijo por primera vez (incluso si
no es la primera) no es nada fácil; incluso sabiendo que están en buenas manos,
incluso necesitando tiempo para ellas mismas…
No
se trata de eso, va mucho más allá: es un cambio radical en una relación de
intenso amor en el que ellas también necesitan un periodo de adaptación. Un periodo
de adaptación que seguramente, al igual que con los peques, necesite mucho
más tiempo y sea mucho más largo de lo que establezca el colegio y de lo que la
sociedad permite. ¿No deberíamos cambiar las reglas del juego?
¿Cuál
es tu experiencia?
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Laura Soto Darriba es psicóloga infantil. Pertenece al equipo de Entre Mamás y además de pasar consulta en nuestro espacio, coordina el departamento de Intervención Social.
Puedes pedirnos una cita llamando al 910133112
Hola,
ResponderEliminarnosotros estamos ahora con la guardería y puff es duro, menudos lloros se pega la peque que todavía no tiene 2 años, pero poco a poco se va a haciendo...
Es un trance volver a la rutina perdida en Verano..