*Laura Soto Darriba
Puede resultar difícil y conmovedor ver a nuestros
seres queridos tristes, sobre todo cuando se trata de los más pequeños, pero ¿qué les estamos enseñando cuando les
decimos que no estén tristes, que no lloren o que no pasa nada? Con frases
como estas, invalidamos lo que sienten, estamos transmitiendo al niño o la niña
que sus emociones no son importantes para nosotros, y enseñándoles que deben
reprimirlas y vivirlas en soledad. Y son
frases que escuchamos a menudo de forma cotidiana y completamente normalizadas,
porque a nosotros también nos las dijeron, porque nos han enseñado a rechazar estas emociones y por eso las negamos
en los demás, porque nos incomoda, nos entristece, lo consideramos malo y no
sabemos qué hacer con ello.
Reprimir una emoción no hace que dejemos de
sentirla, y ese malestar se va acumulando y tarde o temprano nuestra salud
física y/o psíquica lo reflejará.
Cuando un niño o niña expresa tristeza debemos validar lo que siente, para ayudarle a
identificar y poner nombre a sus emociones y para que sienta que comprendemos
su emoción y que puede expresarla. Acompañarle en su vivencia, darle un abrazo,
escucharle… estar, del mismo modo que con cualquier otra emoción. De esta forma
aprenderá a desarrollar una inteligencia
emocional que le permitirá gestionar sus emociones en su vida adulta.
La tristeza, el miedo, la ira… no son emociones
negativas, son emociones básicas, sanas
y necesarias, todas y cada una de ellas.
*Laura Soto Darriba es Psicóloga infantil.
Consulta en Entre Mamás. Cita previa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!
Eliminaremos cualquier comentario que contenga spam, palabras malsonantes o publicidad.